Pero el tramo de S. Segismón hasta la ermita de L'Erola es un verdadero suplicio. Las bicis nos sirvieron como bastón.
De
todas maneras...ha sido un día estupendo. Hemos disfrutado, reido,
comido, bebido y llegamos a casa sanos y salvos, sin averías ni
accidentes.
¡Eso es lo que cuenta! Lo demás...en la crónica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envía tus comentarios: